El aumento de la temperatura del mar es el motivo de dispersión de las tortugas y afecta al crecimiento de los peces y la Posidonia.
Más de 50 personas han participado en visita a la Cofradía de Pescadores de Eivissa, donde se ha puesto en valor el trabajo de los pescadores y se ha destacado el papel esencial de la Posidonia como vivero de especies. En esta jornada, incluida dentro de las actividades del programa de turismo sostenible del Ayuntamiento de Eivissa, "Vive la Posidonia", han participado hoy la concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Eivissa, Estefanía Torres, el responsable de comercialización de Peix Nostrum, las biólogas Marga Serra y Verónica Núñez y el cocinero Pedro Tur.
La concejala de Hacienda del Ayuntamiento de Eivissa, Estefanía Torres, ha dado la bienvenida a los asistentes a un evento que, según ha recordado, "se enmarca en el 20 aniversario de la declaración de Patrimonio Mundial de la Posidonia y por eso este año, el amplio programa de actividades del programa 'Vive la Posidonia', se ha prolongado hasta el mes de diciembre con el objetivo principal de concienciar sobre la importancia de un bien que es fundamental para el Mediterráneo y la biodiversidad marina".
El responsable de comercialización de Peix Nostrum ha explicado la labor pionera de los pescadores de Eivissa para garantizar la sostenibilidad de los recursos con el etiquetado de especies como la langosta, lo que permite seguir su trazabilidad. Además, ha señalado que "la gran diferencia entre los pescadores de Eivissa y los de Mallorca es la cantidad de pescado que saca cada día un barco de arrastre: En Eivissa puede ser entre 30 y 40 cajas de pescado al día, que no es nada, porque los pescadores de aquí no están obligados a trabajar 12 horas ya que no hay subasta. El pescador de Eivissa sabe con antelación lo que venderá, porque trabaja sobre pedido, y esa es la cantidad que baja del barco. Nada que ver con cómo trabajan los pescadores de Mallorca o Alicante, por lo que nuestra pesca es más sostenible para los recursos marinos".
También ha mostrado un atún de 50 kilos y ha explicado los complejos trámites administrativos que debe seguir la Cofradía cada vez que se pesca uno de estos ejemplares.
La bióloga Marga Serra ha destacado que "el gran pulmón del Mediterráneo es la Posidonia, comparable al Amazonas por la cantidad de oxígeno que emite a la atmósfera. Es un vivero natural de muchas especies, una zona de cría, alimentación y refugio para muchas especies marinas de interés pesquero".
En la misma línea, la bióloga María Fargas ha asegurado que "sin la Posidonia no tendríamos el gerret, una de las especies que más se beneficia de este ecosistema, así como el calamar o la sepia. Los pescadores son los mayores interesados en conservar este hábitat y por eso son los que más cuidan el mar".
Por su parte la oceanógrafa, Verónica Núñez, explicó que "la Posidonia es un hábitat de reproducción y también guardería marina y hay especies que directamente ponen sus huevos en las hojas de la Posidonia, por lo que su función es esencial. Los pescadores de la isla lo saben y por eso pescan a una profundidad que no afecta a la Posidonia".
También ha añadido que "lo que sí afecta a la planta es la pérdida de calidad del agua y el cambio climático, porque cada grado que aumenta la temperatura del mar provoca que se reduzca un 30% el volumen y el peso de los peces. Los pescadores son los primeros que están percibiendo estos efectos del cambio climático, por
que reduce el tamaño de los peces y además ralentiza el crecimiento de la Posidonia".
Verónica Núñez explicó que el aumento de la temperatura del mar es lo que ha motivado el fenómeno de dispersión de las tortugas y que elijan esta zona del Mediterráneo para sus puestas, ya que, "la temperatura de incubación de los huevos de las tortugas es lo que determina el sexo".
Verónica Núñez también ha alertado sobre la proliferación de nuevas especies invasoras, como el cangrejo azul, que amenazan a especies pesqueras de la isla o sobre la presencia de nuevas algas, que también condicionan el crecimiento de la Posidonia, que no supera el centímetro cada año.
El punto gastronómico de la jornada de concienciación sobre la importancia de la Posidonia y del trabajo que realiza la Cofradía ha sido el arroz con piña de col realizado por el cocinero Pedro Tur del restaurante Sa Nansa, uno de los 20 restaurantes que participan en la tercera edición del programa 'Vive Posidonia' que concluirá el próximo 7 de diciembre y que ha incluido actividades ambientales, propuestas gastronómicas y arte.
Este programa recibió el año pasado el premio Internacional Alimara a proyectos que impulsan el turismo sostenible.