La Carta europea de las lenguas regionales o minoritarias es un tratado entre varios estados que se han comprometido a favor de un futuro respetuoso con las lenguas.
La esencia de la Carta es el reconocimiento de las lenguas regionales o minoritarias como una manifestación de riqueza cultural y la necesidad de una acción resoluta para fomentar estas lenguas.
La Carta cubre las lenguas que no son la lengua o las lenguas habladas por la mayoría de la población, aunque el número de hablantes sea reducido, y pide en los estados que respeten el área geográfica de las lenguas regionales o minoritarias.
La Carta pide en los estados que ofrezcan formas y medios apropiados para la enseñanza y el estudio de todas sus lenguas regionales o minoritarias y fomenta su uso en todos los aspectos de nuestra vida diaria, con recomendaciones precisas sobre cómo se tienen que salvaguardar y fomentar las lenguas regionales o minoritarias en la vida cotidiana, para fomentar el uso. Por eso la Carta pide en los estados que proporcionen enseñanza y medios de comunicación, como por ejemplo prensa, radio y televisión, en estas lenguas, y que también se incluyan en la Administración pública.
La inclusión del respeto, la comprensión y la tolerancia hacia las lenguas es la esencia de la Carta.
La fecha de entrada en vigor en España de la Carta es el 1 de agosto de 2001.
Las lenguas objeto de protección en el Estado español son las reconocidas como oficiales en los estatutos de autonomía y las otras protegidas y amparadas por los estatutos: el catalán, el vasco y el gallego, y el occitano aranés, el asturleonés y el aragonés.